La gran comedia de

La Magdalena de Roma

de don Juan Bautista Diamante 1

 

Go to:     Cast List     Introduction     Act 1     Act 2

For a Synopsis of Act 3 click here.


 

JORNADA TERCERA

    NB : Explanatory notes on the text are marked thus
Linked line number and stage direction references point to variant readings


 

Catalina. (Dentro.)

La que ofendió profana,

altiva, necia, escandalosa y vana,

vuestra eterna clemencia,

fuerza os pide, Señor, para obligaros,

pues osadía tuvo de ofenderos.

1825

Sea mi penitencia

la senda de buscaros,

ya que mi culpa fue la de perderos.

Sale Lupercio, escuchando y mirando hacia dentro [69]

Lupercio.

¡Oh, pese a cuantas luces son centellas

añadidas al fuego de mi fuego!

1830

¡Pese a la antorcha, a cuyas lumbres ciego,

y pese a las estrellas,

cuyo cobarde brío

se ha dejado vencer del albedrío

de esta mujer que causa mi desvelo!

1835

¡Pese a mí, pese a ella, y pese al cielo!

Con perfiles de nácar matizando

el que antes pareció nevado bulto

de líquidos claveles, salpicando

los que llamó jazmines el insulto,

1840

o el profano apetito,

no deja a su delito

seña, o aviso vano,

que no borren las iras de su mano.

¿No bastaba el desprecio de la humana

1845

soberbia compostura?

¿No bastaba trocar la pompa vana

que anadía hermosura a su hermosura,

por basto adorno, por grosero traje?,

¿la túnica sútil, a tosco ultraje?;

1850

¿que martirice lo que regalaba?

Y ¿distribuir su hacienda no bastaba,

- porque a ella le falte, y a él le sobre -

en el mendigo, despreciado pobre?

¿No bastaba de la hambre la porfía?;

1855

¿la insufrible agonía

de la sed?; ¿el encanto

de su incesable llanto?;

¿ser el prolijo lecho,

- que fue mullida pluma dilatada -

1860

catre de esparto estrecho,

de quien es un cadáver almohada?

¿Todo esto no bastaba, sin que aumente

máritos, inclemente,

en su afligido cuerpo? Su violencia

1865

¿será desconfianza o penitencia?

Sí, que si asegurada

de que está perdonada

de su Amante estuviera,

- Aquél que volvió al mundo a que le viera,

1870

y que yo vi también, porque El lo quiso -

no fuera tan remiso

su temor; más osado

fuera su brío, a ser más confiado.

Cuerda es mi conjetura;

1875

pero ¡ay de mi!, que no es, sino locura

de mi vano deseo,

cuando lo que es no sé y lo que hace veo.

Mas no se dé a partido

mi astuto engaño: y pues que recibido

1880

está en ella y en todos

que soy Lupercio, busque mi ardid modos,

pues nunca le faltaron,

ya que Leonardo y los que le ayudaron

de Lupercio a la muerte, sin concierto

1885

que a otro mataron tienen ya por cierto,

que de Domingo burlen la asistencia.

Halle esta penitencia

estorbo en mis finezas aparentes,

en mis quejas dolientes;

1890

vuelva a encenderse aquella tea fría,

que ha tan poco que ardía

por Lupercio. En mi engaño

Rosaura halle sus celos, y un extraño

camino a su venganza;

1895

dele a Leonardo nueva confianza

mi mudanza fingida;

prosiga Porcia en su obstinada vida;

no se canse Filipo de estar ciego:

y este insaciable fuego

1900

de mi rencor, con visos naturales,

crezca a ser confusión de los mortales.

Ya Catalina deja

el duro oficio de afligirse tanto;

y aunque no deja el llanto,

1905

si puede ser menor algo mi queja,

algo se satisface

de lo que hacía, con lo que no hace ...

(Ap.) (A esta pieza los pasos encamina.

¡Ea, astucias!) Hermosa Catalina;

1910

Sale Catalina en la forma que en la segunda Jornada, esto es, con túnica blanca, el rosario, y la calavera en la mano. [70]

sol, en cuyos arreboles,

en cuyos floridos rayos,

hay luces de muchos mayos

y flores de muchos soles:

si de cuantos girasoles

1915

te acechaban el semblante,

ninguno quedó, y amante

a mí me ves permanente,

¿por qué tratas igualmente

al mudable y al constante?

1920

Tu no esperado rigor

no es, bien mío, contra ti;

solamente contra mí

es tu desvelo traidor.

Si es olvido ya tu amor,

1925

mi amor nunca será olvido;

y en que te busco ofendido,

bella enemiga, verás

que si arrepentida estás,

yo no estoy arrepentido.

1930

Y dado que a mi fineza

no correspondas, infiel,

oféndeme a mí cruel,

mas no ofendas tu belleza.

Mira que con la aspereza

1935

que te tratas, no segura

tu hermosura está: procura

templar la severidad.

No tengas de mí piedad,

y tenla de tu hermosura;

1940

Porque pierdes los despojos

de tu poderoso imperio,

deshaciendo el cautiverio

que fue triunfo de tus ojos.

También lloran sus enojos

1945

ellos, como mis querellas

yo: sus húmedas centellas

enjuga un poco del llanto,

porque no padezcan tanto

mis ansias, y tus estrellas.

1950

¿No me respondas?

Catalina.

Lupercio,

fui vanidad; tierra soy.

Antes no me conocía,

y haciendo piadoso Dios

que me conozca, ventaja

1955

mi conocimiento halló;

porque ser tierra es ser algo,

y nada es ser presunción.

La que se llama hermosura

es una inconstante flor,

1960

que si amaneció copada,

encogida anocheció.

Y en fin, para no gastar

tiempo en la comparación

de lo que es la humana vida,

1965

pase, Lupercio, mi voz

a tus ojos; ves aquí

lo que los humanos son.

Señala la calavera. [71]

Esta vivió, tuvo aliento;

alma tuvo y perfección

1970

mientras vivió. ¿Que sería?

Nada. Vió, gustó y olió,

oyó y palpó con sentidos;

y en una respiración,

a que se reducen todos,

1975

frío esqueleto quedó.

No me busque como era,

la ceguedad de tu amor:

búsqueme, si hallarme quiere

tu advertencia, como soy.

1980

Fui vanidad - ya lo dije -

y esto llora mi razón

soy tierra - ya me conozco -

y esto alienta mi temor.

Si quisiste lo que fui,

1985

ningún indicio quedó

en mi de mi semejanza,

por el divino favor;

si lo que soy ahora quieres,

con lasciva obstinación,

1990

toma este tronco, que en él

lo que soy ahora te doy.

Pone la calavera sobre un bufete que habrá en el vestuario.

Lupercio.

(Ap.) (¡Pese a mis iras, qué a tiempo

supo el sabio Agricultor

cortar para sí esta rosa

1995

que mi estudio cultivó!

Pero no apartó de mí

la mente; veamos, atención

si del pensamiento como

de la mano la dejó,

2000

y no desmayemos.) Bella

ingrata, no digo yo

que lo que haces tú - pues lo haces -

no sea siempre lo mejor;

que aunque sea contra mí

2005

hacer esta confesión,

te quiero tanto, que en todo

me agradas (Ap.) (miente mi voz).

Pero digo que quedando

tiempo para que al rigor

2010

entregues tu vida, debes,

en premio de mi pasión,

en paga de mi fineza,

y alivio de mi dolor,

esperar a que haga el tiempo

2015

su oficio en tu perfección,

dejando brillar ahora

las luces con que ve el sol.

(Ap.) (Ya me mira: ¡ea, infernales

ministros, con falsa voz

2020

auxiliad en sus oídos

mi cautelosa intención!)

A qué quieres que la aurora

salga del cielo al balcón,

si de tu serenidad

2025

le ocultas el resplandor?

Cómo vivirán las flores

(Ap.) (¡ea, austuta prevención!) ...

Música. (Dentro.)

Si en tus ojos no halla

la luz que copió,

2030

y si de tus labios

les falta el color?

Lupercio.

(Ap.) (Lisonjas escucha: aún tiene

veneno en el corazón.)

Catalina.

¿Quién canta (¡ay de mí!) en mi casa,

2035

cuando yo llorando estoy?

Lupercio.

Rosaura, Fenisa y Porcia.

Catalina.

Pues ¿Rosaura?

Lupercio.

Ya dejó

la necedad que seguía,

y a ser amante volvió.

2040

Catalina.

¿Rosaura?

Lupercio.

¿Por qué lo extrañas?

Catalina.

No lo extraño sólo, no,

pero no lo creo.

Lupercio.

(Ap.) (Ahora,

engaños, es ocasión.)

Catalina.

¿Cómo puede ser?

Lupercio.

¿Creeráslo

2045

si la ves y la oyes?

Catalina.

No,

que ni ella tendrá osadía

de que le averigüe yo

haber sido a Dios ingrata,

llamada una vez de Dios,

2050

ni yo, aunque ella la publique,

creeré su sinrazón.

Lupercio.

Pues a que lo creas viene.

Catalina.

¿Que dices? ¡En mí no estoy!

Lupercio.

(Ap.) (Uno de vosotros, monstruos

2055

de la desesperación,

en la forma de Rosaura ...)

Sale Rosaura

Rosaura.

(Ap.) (Ya te entendí, y aquí estoy.)

Catalina,¿aún perseveras

en el temerario error

2060

de maltratar tu hermosura,

de ofender tu discreción?

Mira que de ti se quejan

porque deja tu rigor,

en la mudanza tirana

2065

que ultraja tu estimación ...

Rosaura. (Con la Música.) [72]

Sin aurora el cielo,

sin matiz la flor,

sin fragancia el mayo,

sin rayos el sol.

2070

Rosaura. (Con la Música.)

Goza de la lozanía.

Catalina.

Eso a ti te dije yo,

cuando lo que ahora retratas

era, y tú, lo que ahora soy.

Mudóse, Rosaura, el tiempo,

2075

y mudámonos las dos,

yo a la enmienda de mis culpas,

tú a la eterna perdición. (Llora.)

Rosaura.

Tiempo hay para que lloremos.

Catalina.

¡Ay!, que no se sabe, no

2080

el que hay, y que es muy estrecha

la cuenta que toma Dios.

Rosaura.

Diciéndote yo eso a ti,

tu enfado me preguntó

dónde el sermón acababa,

2085

y allí se acabó el sermón.

Catalina.

Pues ¿no te vi yo después

perseverar?

Rosaura.

Fue razón

política, no pasar

con movimiento veloz

2090

de uno a otro estado. Y en fin,

aquello me pareció

bien entonces, y ahora esto

me ha parecido mejor.

Y no lo extrañes, que cuando

2095

verdadera es la pasión

de amor, no se opone nada

a su imperio superior,

todo lo rinde su fuerza;

y pues a mi me rindió,

2100

también te rendirá a ti,

porque es, en efecto, amor ...

Rosaura. (Con la Música.)

Doméstico áspid,

que en el corazon

se siente, sin ver

2105

por adónde entró.

Rosaura. (Sola.)

Y una vez aposentado,

tiene tal jurisdicción,

que - huésped tirano - arroja

del lugar que le albergó

2110

cuantas pasiones encuentra;

y tomando posesión

entera de toda el alma,

no se rinde su valor ...

Rosaura. (Con la Música.)

Ni a libre albedrío,

2115

ni a cuerda razón

ni a leal deseo,

ni a ruego traidor.

Rosaura. (Sola.)

Si tú como yo a Leonardo

quise, quisieras ...

Catalina.

¡Ay, Dios!

2120

Rosaura.

A Lupercio ...

Lupercio.

(Ap.) (¡Bien persuade

su rebelde obstinación!)

Rosaura.

Ya como yo hubieras hecho

alarde de tu afición,

arrojando de ti cuanto

2125

le disgusta; pues o no

fue nunca tu amor verdad,

o ahora es verdad tu amor.

Lupercio, Rosaura y Música.

Quiera la que quiso,

ame la que amó,

2130

quien estimó, estime,

sienta quien sintió.

Catalina.

¡Callad, o yo cerraré

los oídos al traidor

encanto de vuestras voces!

2135

Jesús mío, ¿qué rigor

es éste? Dadme constancia

contra tanta persuasión.

Lupercio.

(Ap.) (¡Ahora, infernal esfuerzo,

que flaquea su temor!)

2140

Lupercio, Rosaura y Música.

Quiera la que quiso,

ame la que amó,

quien estimó, estime,

sienta quien sintió.

Catalina.

Ya siento, ya amo, ya quiero.

2145

Lupercio.

(Ap.) (¡Venciste, astucia!)

Catalina.

¡Qué horror!

Ya quiero, ya amo, ya estimo.

Lupercio.

(Ap.) (¡Venciste!)

Catalina.

Pero es a Dios:

a Dios amo, a Dios estimo,

a Dios busco.

Lupercio.

(Ap.) (¡Qué traición!)

2150

Rosaura.

(Ap.) (¡Qué ira!)

Catalina.

Y a Dios le consagro,

en rendida adoración,

la sangrienta batería

con que vuestra aleve voz

a Dios procuró arrancar

2155

de mi amante corazón.

Rosaura.

Eres necia.

Lupercio.

Eres ingrata.

Rosaura.

Y aun hipócrita.

Catalina.

¿Quién, yo?

Rosaura.

Si, tú.

Lupercio.

(Ap.) (Por aquí la hiera

mi astucia, que esto sintió.)

2160

Pues ¿no es hipocresía

hacer tanta exclamación

a dos ruegos, nobles hijos

de mi verdadero amor?

Hasta aquí desconfiado

2165

me tuviste; mas ya estoy

gustoso, pues siendo en ti

no más que demonstración

aparente la virtud,

- como hemos visto los dos -

2170

mañana te cansarás

de lo que afectaste hoy.

Ven, Rosaura.

Catalina.

¡Ay de mí, triste!

Lupercio.

(Ap.) (Quede con su confusion,

- podrá ser que desconfíe -

2175

mientras yo a dar modo voy

de que se crea que es falsa

su virtud, puesto que halló

colmo mi engaño. ¡Veremos

como la defiende Dios,

2180

como la ampara Domingo!)

Vamos, Rosaura. (Vase.)

Rosaura.

Ya voy,

cansada de ver que quiera

persuadirnos al error

de creer que es santidad

2185

su estudiosa afectación. (Vase.)

Catalina.

¡Válgame Dios!, es posible

que yo añada el nuevo error

a mis errores, de ser

apariencia, y verdad no,

2190

mi arrepentimiento? ¿Puede

ser supuesto en mí el dolor

que siento de mis delitos?

No, que verdaderas son

mis lágrimas, y a mí, ¿cómo

2195

pudiera engañarme yo?

¿Será corta penitencia

de mis culpas mi aflicción?

Sí, que para ofensa tanta

ninguna es satisfacción.

2200

Pues yo añadiré tormentos

a mi vida, y porque no

juzgue el mundo mis acciones,

negada a la luz del sol,

cuatro paredes estrechas

2205

serán obscura mansión,

o sepulcro, de este vivo

cadáver; adonde Dios

solamente juzgar pueda

si es verdad o afectación

2210

mi sentimiento. Mas ¿cómo

le daré satisfacción

al mundo, de que llore

las culpas que el mundo vió?

¿Cómo acertaré, Dios mío,

2215

a buscaros?, que el temor

no me deja resolver.

Decídmelo, Virgen, Vos:

guiadme Vos, pura Estrella

de la mañana, pues sois

2220

Norte de los pecadores;

débale a vuestro favor

mi deseo de acertar,

amorosa explicación.

Suenan chirimías, [73] baja en una apariencia la niña que hace la Virgen, con un niño de bulto en los brazos, e irá subiendo Catalina, de rodillas en (la) elevación, [74] hasta igualarse las apariencias. [75]

Música.

Alienta, confía,

2225

que ya tu oración

la Aurora divina

piadosa escuchó.

Niña.

Venturosa Catalina,

por premiar la devoción

2230

con que mi rosario rezas,

te vengo a consolar yo.

Catalina.

Oh, Virgen llena de gracia,

¿fineza tan superior

os debe un alma tan fea?

2235

Niña.

Tu llanto la hermoseó.

No desconfíes, que estás

en gracia de tu Señor.

Toma a mi precioso Hijo (Tómale Catalina.)

en tus brazos, ...

Catalina.

¡Qué favor

2240

tan como vuestro!

Niña.

En la forma

que el pobre portal le vió,

pues de su amor obligado,

le viste ya en otras dos.

Catalina.

¡Ay, Senora, que no cabe

2245

mi gozo en mi corazón!

Dulce Jesús de mi vida,

manso Cordero de Dios,

que de la culpa primera

lavaste el feo borrón,

2250

lleguen mis indignos labios

a tus pies.

Niña.

A imitación

de Magdalena, le busque

en el Sepulcro tu amor,

y dámele ahora. (Dásele Catalina.) [76]

Catalina.

¡El alma,

2255

Señora, en dárosle, os doy!

Niña.

Espera otro favor suyo,

y prevente al superior,

de gozarle para siempre;

que ya el último escalón

2260

de la vida vas pisando.

No le huelles con temor,

y mira el lugar allí

que te aguarda.

Descubre la apariencia con movimiento un giro, y algunos muchachos con palmas y coronas, y lugar desocupado.

Catalina.

¡Feliz yo,

si llego a él!

2265

Niña.

Llegarás,

guiada de la atención,

en tu vida, de Domingo,

mi vigilante pastor,

y en la hora de tu muerte,

de mi tierna protección.

2270

Busca a mi Hijo en el Sepulcro.

Música.

Alienta, confía,

que ya tu oración

la Aurora divina

piadosa escuchó.

2275

Ocúltase la tramoya.

Catalina.

Sin luz mi vista quedó ...

mas ¿qué mucho, si le falta

el eterno resplandor

de todo el cielo? Mas ¿cómo

tardo en lo que me ordenó

2280

la soberana María,

piadosa Madre del Sol?

Busque a Cristo en el Sepulcro:

sea mi meditación

aquel trance de amargura

2285

que Magdalena pasó,

no hallando el amado cuerpo;

y para que a imitación

mía le busquen también

los que le olvidan, la voz

2290

que suave tantas veces

injustamente sirvió

a mi culpa, esta vez sirva

a mi justa pretensión.

Vase, y salen Soleta y Golondrino de donado. [77]

Soleta.

Diga, hermano Golondrino ...

2295

Golondrino.

Pregunte, hermano Soleta.

Soleta.

¿Vino ya nuestra estafeta?

Golondrino.

Hasta ahora, hermano, no vino.

Soleta.

¿Tan olvidados están

los que socorren? ¡me espanto!

2300

Golondrino.

Tanto, hermano ...

Soleta.

¡Jesús!

Golondrino.

Tanto ....

Soleta.

¿Qué?

Golondrino.

Que ni vino ni pan ...

Soleta.

¡Pues hambre hace!

Golondrino.

No se espante,

que yo en la mía he notado,

que es el hambre de donado

2305

Enséñale la bota vacía y la talega sin nada.

más que la del estudiante.

Desde que por la salud

del alma el mundo dejé,

harto del mundo pasé

a la hambre de la virtud.

2310

Aunque como que es espanto,

no me harto nunca en rigor,

que tiene mucho calor

el estómago de un santo.

Con un menudo potente

2315

de vaca y dos de lechón,

no tiene mi devoción

harto para untarse un diente.

La vez que me desayuno

con diez libras de abadejo

2320

y pizca de ajo no dejo,

me parece a mí que ayuno.

Soleta.

Mire qué hará a mí, si eso

a él le pasa, en nuestro oficio

santo, el hermano novicio,

2325

y yo, santazo profeso.

Mas veamos si en Fenisa,

ya que a su casa llegamos,

algún socorrillo hallamos.

Golondrino.

Hermano, es cosa de risa:

2330

tomará ella para sí,

desde que su ama dió

la hacienda a pobres, y no

para él ni para mí.

Soleta.

Bien pienso que dice, a fe:

2335

y así, las mangas miremos,

y podrá ser que encontremos

algo. Siéntese. (Siéntanse.)

Golondrino.

Sí haré.

Soleta.

Antes de meter la mano,

oremos con devoción.

2340

Golondrino.

¿De qué ha de ser la oración?

Soleta.

De pastelón.

Golondrino.

Vaya, hermano.

Pónense de rodillas, y sale Lupercio. [78]

Lupercio.

A ver vuelvo aquí el efecto

de mi astucia, persuadidos

Porcia, Filipo y Leonardo,

2345

a que es bastardo artificio

la virtud de Catalina,

a fin - ya que no he podido

a ella vencerla, asistida

de los favores divinos -

2350

de que ellos en ella no hallen,

con el ejemplo, camino

de salir de mi poder,

y de que a Rosaura el vivo

volcán de los celos vuelva

2355

a traerla a mi dominio.

Pero ¿qué es esto? Mas ya (Repara.)

lo alcanzo, y dar el castigo

a su necia petición

de esta suerte determino.

2360

Soleta.

Tiente la manga.

Golondrino.

Ya tiento ...

Pone Lupercio un pastel fingido entre los dos, y tendrá dentro lumbre para que a su tiempo, echándole Lupercio un puñado de pólvora, se encienda; una bota y otras cosas, que al tomarlas los donados suban en unos alambres arriba; y vase. [79]

pero hasta ahora no ha venido.

Soleta.

Estaránle calentando.

Golondrino.

Apriete él otro poquito

y tiente el horno, Soleta.

Soleta.

Ya le tiento, y está frío.

2365

Golondrino.

Pues canséme.

Soleta.

Yo también.

Siéntanse, y reparan.

Golondrino.

Mas ¿qué veo?

Soleta.

Mas ¿qué miro?

Golondrino.

Hola, ¿cuánto va que somos

santos los dos sin sentirlo?

2370

Milagro de pastelón

hasta ahora no se ha visto.

Soleta.

Item, cestica con fruta.

Golondrino.

Item, queso y panecillos

en otra cestica.

Soleta.

Item,

2375

más de una arroba de vino.

Sale Fenisa, y siéntase entre ellos.

Fenisa.

A famosa ocasión llego,

que siempre gana he tenido

de ver cómo sabe un

bocado entre dos amigos.

2380

Golondrino.

Hija, mejor que entre tres.

Mas no venga Fray Domingo

y nos acede los postres.

Soleta.

Peor será los principios.

Fenisa.

Pues comamos, illas ¿de dónde

2385

todo este regalo vino?

Golondrino.

Con el sudor de dos santos

te untarás hoy los hocicos.

Al meter la mano (Golondrino), suben la cestilla. [80]

Soleta.

Saque pan.

Golondrino.

¡Voló la cesta!

Fenisa.

¿Qué es esto?

Soleta.

No lo adivino.

2390

Golondrino.

¿Hay convidados arriba?

Fenisa.

Veamos la fruta.

Húndese (la fruta).

Golondrino.

¡Se ha hundido!

Soleta.

¿Quién tiene mesa allá abajo?

Fenisa.

Pues si todo hace lo mismo,

bueno quedará mi antojo.

2395

Golondrino.

Aún bien, que nos queda vino

y pastelón.

Soleta.

Venga un trago:

veremos si es blanco o tinto.

Golondrino.

Mire si es tinto o si es blanco.

Suben la bota arriba. [81]

Soleta.

¡Yo, hermano, estoy tamañito!

2400

Fenisa.

Y yo me vuelvo allá dentro.

Golondrino.

Aguarda, que aún no has sabido,

Fenisa, como sabe un

bocado entre dos amigos.

Fenisa.

Ni lo quiero saber ya.

2405

Golondrino.

Espérate otro poquito,

que aún hay pastel para todos;

pollos, espárragos - ¡lindo! -

criadillas y ternera,

alcachofas, palominos ...

2410

¡Ea, hijos, que se está quedo:

a él, meta aquí los cinco

cada uno!

Soleta.

Vaya.

Fenisa.

Vaya.

Sale Lupercio, echa pólvora, y se hunde el pastelón.

Soleta.

¡Jesucristo!

Golondrino.

¡Jesucristo!

Fenisa.

¡Que me abraso!

Los dos.

¡Que me quemo!

2415

¡Muy linda oración hicimos!

Fenisa.

Yo escapo.

Golondrino.

Aquí anda el tiñoso.

Soleta.

Yo me apeldo.

Golondrino.

Yo las lío. (Vanse.) [82]

Lupercio.

En éstos cebé mis iras,

por vengarme de Domingo;

2420

que aunque es corto desempeño

para los rencores míos

este ultraje, el can rabioso

- ya que no al dueño - del tiro

muerde la piedra, pensando

2425

que trae la mano consigo ...

pero ya llega Rosaura,

que no es con quien menos lidio,

siendo contra quien prevengo

hoy todo el desvelo mío;

2430

¡qué otra es de la que no ha mucho

que formó aquí mi artificio!

Sale Rosaura con hábito honesto.

Rosaura.

Puesto que está aquí Lupercio,

a no entrar me determino.

Lupercio.

¿Por qué, señora Rosaura,

2435

tan desdeñosa conmigo?

¿Estudiáis en Catalina

los desprecios vengativos?

Si solo el medio que tienen

de aliviarse mis martirios

2440

me niegan vuestros rigores,

¿donde buscaré mi alivio?

Rosaura.

¿Que decís?, que no os entiendo.

Lupercio.

Sólo de vos no entendido

pudiera ser mi dolor,

2445

cuando público le ha visto

en toda Roma quien tiene

libertad en los sentidos.

No os hagáis desentendida

de mi mal.

Rosaura.

Si en vos colijo

2450

que es el dolor olvidaros

Catalina por su fino

amante Jesús - notando

que no ocasiona el divino

amor la pensión humana

2455

de los celos mal nacidos -

vuestra queja de su amor

injusta me ha parecido.

Lupercio.

(Ap.) (¡Ea, cautelas!) No sólo

no me ofendiera su olvido,

2460

siendo por el que decís,

pero a ser posible, afirmo

que su elección celebrara;

porque de lo que me aflijo

- y aun vos, si lo ignoráis, vos

2465

también habéis de afligiros -

es de que para los dos

fuese el mañoso artificio

de la exterior penitencia,

ocupando en regocijos

2470

con Leonardo - vuestro amante

infiel y mi falso amigo -

los favores que me niega.

De cuyo desaire herido,

discurriendo en qué venganzas

2475

airadas dejan al brío,

en una mujer, ajados

ios impulsos vengativos,

a vos apelé, de todos

mis ultrajes padecidos.

2480

Leonardo aleve - a quien

no mato, porque muera al filo

de más sensible venganza -

viéndome de vos querido,

faltando a los dos a un tiempo,

2485

a los dos nos ha ofendido.

Catalina, que amorosa

le corresponde, ha fingido

demostrativa virtud

con vos a un tiempo, y conmigo,

2490

por gozar sin embarazos

sus recatados cariños.

¡Ea, pues, Rosaura hermosa,

mueran al veneno mismo

con que nos matan! Y porque

2495

no penséis que nada finjo,

ni que de vuestra fineza

sin razón al logro aspiro,

antes que me respondáis,

- pues a tiempo habéis venido

2500

de que puedan informaros

los ojos y los oídos -

vedlo y oídlo vos propia

(Ap.) (que ya uno de mis ministros

la forma de Catalina

2505

tomó). Aquél es Filipo,

Córrese el bastidor del foro y aparecese en un estrado Catalina de gala. Junto a ella Leonardo, y Porcia Junto a Filipo, y Fenisa en pie.

y Porcia aquélla; Leonardo

es el que, amante rendido,

con Catalina está, y ella

la que da a su amor motivo.

2510

Ved vos si hay más desempeño

a vuestro dolor y al mío,

que querernos, en venganza

de agravio tan conocido.

Rosaura.

¿Es posible lo que veo?

2515

Lupercio.

(Ap.) (¡Ea, poderoso hechizo

de los celos!)

Rosaura.

¿Catalina

al peligroso principio

volvió de su vida, y es

Leonardo su amante indigno?

2520

¿Qué ira es ésta que me abrasa?

Catalina.

De aquel tiempo que he perdido,

Leonardo, en amarte, está

mi nuevo afecto corrido,

y del que gasté también

2525

en maltratar con martirios

mi belleza, arrepentida

vuelvo a los aplausos míos.

Leonardo.

¡Dichoso yo, que te debo

favores tan excesivos!

2530

Filipo.

Yo nunca te debo más,

porque siempre te he debido,

Porcia, una misma fineza.

Porcia.

Es muy firme el amor mío.

Fenisa.

¿Quién creyera que en mi ama

2535

era lo que vió, fingido?

Lupercio.

(A Rosaura.) ¿Qué dices?

Rosaura.

¡Que estoy sin mí!

Lupercio.

(Ap.) (No va mal este principio.)

Catalina.

Vivamos, Porcia.

Porcia.

Vivamos.

Leonardo.

(A Catalina.) Que quedara el cielo mismo

2540

a oscuras sin vuestras luces.

Filipo.

(A Porcia.) Los rayos del sol sin viso,

si les faltan vuestros rayos.

Catalina.

¿Y Rosaura?

Leonardo.

Ya la olvido.

Mas ¿Lupercio?

Catalina.

Le aborrezco.

2545

Lupercio.

(A Rosaura.) Oye tu agravio, y el mío.

Rosaura.

Muriendo estoy; pero ¿como

no hago que mi enojo altivo ...?

Lupercio.

La venganza mas discreta

es hacer lo que te digo.

2550

Rosaura.

Lo que a Leonardo quería

hasta ahora no lo he sabido,

que es el ruido de los celos

despertador del cariño.

Catalina.

Di a los músicos que toquen,

2555

porque de lo que he tenido

ocioso el acento quiero

vengarme.

Fenisa.

Eso sí, que es lindo.

Catalina.

Ayúdame, Porcia.

Porcia.

¿Cuándo

yo tus acciones no imito?

2560

Lupercio.

(Ap.) (Cuando es verdad lo que ahora

es de mi ardid artificio.)

Catalina.

¿Va a mi mudanza de vida?

Todos.

Vaya.

Lupercio.

(A Rosaura.) Aplica ahora el oído.

Catalina. (Canta.)

Viven los alegres,

2565

y mueren los tristes,

porque se vive sólo

lo que se vive.

Música. [83]

Lo que se vive.

Cantan, y representan el estribillo

Todos, y Música.

Y es desvarío

tratarse como muertos

los que están vivos.

Catalina. (Canta.)

Entréguense al olvido

las penitencias,

que hace su compañía

2575

las lindas, feas.

Música.

Las lindas, feas.

Todos, y Musica.

Y el amor viva,

con la firme mudanza

de Catalina.

2580

Al paño Fray Domingo

Domingo.

¿Qué es esto?

Lupercio.

(Ap.) (Pero ¡ay de mí!

- aunque ¿de qué desconfío?)

Domingo.

Aquí el cielo me ha guiado.

Lupercio.

(Ap.) (Porque si no le dió aviso

Dios de mi engaño, también

2585

le aprovecharé en Domingo.

Pero pues verle no pueden

ni mis odios ni mis bríos,

deje su presencia, y deje

a Rosaura en el abismo

2590

de sus celos, donde no

le harán falta mis avisos.

Y este Argos de Catalina

- si acaso a este tiempo vino -

vea su mentida forma,

2595

y quede o no persuadido;

que en haciendo lo que pude,

cumple mi engaño conmigo.) (Vase.)

Rosaura.

¡Hipócrita Catalina,

traidor Leonardo, enemigos

2600

cuanto de dos falsedades

en dos culpas habéis sido!

yo intento ...

Sale Domingo [84]

Domingo.

¡Rosaura, espera!

No logre tu precipicio

quien para tu perdición

2605

este engaño ha prevenido.

Rosaura.

(Ap.) (¡A su voz pasmó mi aliento!...

Mas ¿qué Lupercio se hizo?)

Domingo.

(A Catalina.) Y tú, infernal apariencia,

que con semblante mentido

2610

semejas a la que ahora

está meditando a Cristo

en el Sepulcro, la forma

desvanece que has fingido

que yo en el nombre de Dios ...

2615

Catalina.

¡Ay de mí!

Domingo.

Para que el limpio

cristal no empañes, mañoso,

de Catalina, te oprimo

a que desde ahí desciendas

a los obscuros abismos.

2620

Truenos, y cubre un bastidor de llamas a Catalina, y salen todos al teatro.

Catalina.

Ya te obedezco.

Filipo.

¡Qué asombro!

Porcia.

¡Qué portento!

Leonardo.

¡Qué prodigio!

Fenisa.

¡Mal año el olor que deja

a rábanos digeridos!

Rosaura.

¡Sin mí estoy!

De rodillas (todos).

Filipo.

¡Padre!

Porcia.

¡Señor!

2625

Rosaura.

¡Varón santo!

Fenisa.

¡Padre mío!

Leonardo.

¡Ministro de Dios piadoso!

Levántalos (Domingo). [85]

Domingo.

Venid a mis brazos, hijos,

y démosle a Dios las gracias

de habernos desvanecido

2630

un engaño tan aleve,

en que el común enemigo

mostró el mayor esfuerzo

para vuestro precipicio.

Catalina busca a Dios,

2635

sirve a Dios, con tanto olvido

de las locuras del mundo

que yo de verla me admiro

tan otra de la que fue,

entre abrojos y cilicios.

2640

¡Oh, quién imitar supiera

su dolor arrepentido!

Ilusión fue la que visteis

del demonio, y porque fijos

estéis en que fue ilusión,

2645

- si no estáis aún persuadidos -

ésta es Catalina: ved

si es ésta la que habéis visto.

Sale Catalina de penitente.

Filipo.

Porcia ...

Porcia.

Filipo ...

Fenisa.

Leonardo ...

Leonardo.

Fenisa ...

Catalina.

¡Oh, Señor divino,

2650

qué de favores hacéis

a este barro quebradizo!

Padre amado, amiga Porcia,

Rosaura ...

Fenisa.

Y ¿no habla conmigo?

Catalina.

Fenisa, y Leonardo; ya

2655

el cielo me ha dado aviso

de lo que ha pasado aquí,

y de lo que a mí contigo (A Rosaura.) [86]

- digo con tu falsa forma -

me pasó. Y otro benigno

2660

aviso de Dios espero,

aunque de qué no imagino.

Y puesto que os hallo a vos,

varón santo, en el oficio

que usáis siempre, de asistir

2665

piadoso a los afligidos,

- en cuyo agradecimiento

Arrodíllase. [87]

a vuestras plantas me humillo -

y a vosotros, ya avisados

de Dios en este prodigio

2670

que visteis, de cuanto cuida

su amor de los desvalidos,

por el infinito amor

de Dios, por aquel divino

cuidado con que nos busca

2675

y por los piadosos, finos

términos con que dilata

la razón de su castigo,

os pido, os suplico, os ruego,

(A ellos de rodillas.)

con lágrimas, con suspiros,

2680

con afectos, con ternezas,

- que en mi alma son martirios

de haber ofendido a Dios -

que libertéis los sentidos

del tirano cautiverio

2685

de nuestro astuto enemigo.

Dadle a Dios suave néctar

de corazones contritos

una vez de tantas como

hiel y vinagre le dimos.

2690

Porcia.

¡El llanto me ciega!

Rosaura.

¡En llanto

destilan los ojos míos

el corazón!

Filipo.

¿Qué peñasco

no deja aquí de ser risco?

Leonardo.

¿Qué bronce no es aquí cera?

2695

Fenisa.

¿Quién no llora aquí hilo a hilo?

Domingo.

¡Oh, cómo Dios se regala

con ojos humedecidos,

si los enternece el llanto

del pecado cometido!

2700

Filipo.

Catalina ...

Leonardo.

Catalina ...

Fenisa.

Señora ...

Rosaura y Porcia.

Amiga ...

Catalina.

A Domingo

seguid, que él os guiará

al verdadero camino.

Todos.

Imán es de nuestros yerros.

2705

Domingo.

Venid conmigo, hijos míos.

Catalina.

Padre amado ...

Domingo.

¿Qué, hija mía?

Catalina.

Sabed que ya se ha cumplido

el término de mi vida.

Domingo.

Fuera el dolor preciso,

2710

a no saber la pureza

de tu alma. Venid, hijos,

que aquí volveremos luego

a ver el mayor prodigio.

Porcia.

Filipo ...

Filipo.

Nada me digas.

2715

Porcia.

Yo iba a decirte lo mismo.

Leonardo.

Rosaura ...

Rosaura.

Ya llegó el tiempo

del desengaño preciso.

Fenisa.

¡Ay, señores, quién pudiera

meterse ahora frailecito! (Vanse.) [88]

2720

Catalina.

¡Qué fatigada me siento!

Pero no es, Señor divino,

de la dolencia, aunque tanto

se agravan los males míos:

el peso de mis pecados

2725

es el que rinde los bríos

al desmoronado polvo

de este caduco edificio.

¡Qué consolada muriera,

si como ya reducidos

2730

a no ofenderos, Señor,

veo a Porcia y a Filipo,

a Leonardo y a Rosaura,

alumbrados de Vos mismo,

viera a Lupercio olvidado

2735

de los pertinaces vicios

en que persevera! Pero

este dolor sacrifico

a vuestro amor.

Lupercio. (Dentro.)

¡Catalina!

Catalina.

A mal tiempo. Señor mío,

2740

permitís que yo le vea,

pues confesando lo mismo

que Vos sabéis, verle siempre

fue mi mayor precipicio.

Lupercio. (Dentro.)

¡Catalina!

Catalina.

Mas ¿por qué

2745

temo, estando Vos conmigo?

(A Lupercio.) ¿Qué me quieres?

Sale Lupercio de difunto.

Lupercio.

Advertirte

de un engaño.

Catalina.

Mas ¿qué miro?

Lupercio.

Ten valor.

Catalina.

De Dios está

mi corazón asistido.

2750

Lupercio.

Pues sabe que el que en mi forma

te persuade a los delirios

a que yo te persuadía,

Catalina, estando vivo,

es el Demonio, y que yo

2755

a las manos del impío

Leonardo perdí la vida;

y que este piadoso aviso

que de su parte te traigo

es el que Dios te previno.

2760

Dame la mano, si tienes

aliento.

Dale la mano (Catalina).

Catalina.

En no resistirlo

veo que es gusto de Dios ...

pero ¡ay, Señor infinito,

que me abraso!

Lupercio.

Este insufrible

2765

fuego es en el que vivo.

Sácame de él, que de ti

espero este beneficio

para pasar de las penas

a los descansos divinos.

2770

Suéltasela. [89]

Catalina.

Pues ¿qué quieres?

Lupercio.

Que me apliques

el amoroso martirio

a mí, con que en el Sepulcro

estás contemplando a Cristo.

Catalina.

Yo te ofrezco hacerlo.

Lupercio.

A Dios

2775

verás presto agradecido. (Vase.)

Catalina.

Oh, María Magdalena,

¡quién tuviera ahora aquel fino

dolor que tuviste cuando

no hallaste a Jesús divino

2780

en la Sepultura! Dame

parte de él, porque hechos ríos

mis ojos, puedan templar

aquel fuego a quien aplico

esta angustia. ¿Dónde estáis,

2785

dulcísimo Jesús mío?

En el Sepulcro os pusieron

nuestros osados delitos,

y no os ven en el los ojos.

¿Qué se hizo, qué se hizo

2790

mi amado Jesús? ¿Adónde

le verán los ojos míos?

Chirimías, y apareceráse en la apariencia el Niño en figura de Cristo resucitado. [90]

Niño.

Aquí, Catalina, aquí,

que viendo que con los mismos

pasos que dió Magdalena

2795

me buscas, el favor mismo

que a ella le hice te hago,

y tu tierno llanto aplico

al descanso de Lupercio.

Catalina.

Seas, Señor infinito,

2800

alabado.

Niño.

Ven a mí,

que el término se ha cumplido.

Desaparece. [91]

Catalina.

Ahora, Aurora de Dios,

ahora, Madre del limpio

Sol de las misericordias,

2805

es tiempo del prometido

favor ... ya la voz se turba,

Siéntase.

ya flaquean los sentidos,

ya se entorpece la planta,

y un helado sudor frío

2810

me trae la ultima congoja.

Sale Domingo, y todos.

Domingo.

Llegad todos, hijos míos.

Lupercio.

Y yo, porque Dios lo ordena,

llegue también al indigno

acto que espero. ¡Ay de mí,

2815

y del infierno!

Catalina.

Domingo,

piadoso padre, Rosaura,

Porcia, Leonardo, Filipo ...

Golondrino.

¿Por qué dicen que se muere,

si habla como un pajarito?

2820

Soleta.

Después de enterradas hay

mujeres que hablar se han visto.

Fenisa.

No es éste tiempo de burlas.

Domingo.

Conociendo el regocijo

que has de tener, Catalina,

2825

te doy el deseado aviso

de que al matrimonio santo

conformes, y reducidos,

vienen ya Rosaura y Porcia,

con Leonardo y con Filipo.

2830

Catalina.

¡Gracias a Dios! Pero antes

de mi último suspiro

vea yo que os dáis las manos.

Filipo.

Así la verdad confirmo

de la enmienda de mi vida.

2835

Porcia.

Yo así mi enmienda explico.

Rosaura.

Yo así digo mi mudanza.

Leonardo.

Yo así la mía acredito.

Golondrino.

(A Fenisa.) Si no fuera ahora donado,

me casara yo contigo.

2840

Fenisa.

He votado castidad.

Catalina.

Y tú, Lupercio fingido,

¿qué buscas aquí? ¿No sabes

que quién eres he sabido?

Lupercio en el cielo goza

2845

los favores infinitos

de Dios. Así lo sabed,

y que éste es nuestro enemigo

común con la falsa forma

de Lupercio.

Lupercio.

Y que corrido

2850

de vuestra victoria, así

aquella verdad confirmo.

Húndese, y truenos.

Golondrino.

¡Padre mío!

Soleta.

¡Madre mía!

Domingo.

No temáis de nada, hijos,

estando con Dios.

Catalina.

Señor,

2855

ya sin aliento respiro.

Porcia.

¡Qué dolor!

Rosaura.

¡Qué sentimiento!

Filipo.

¡Qué pena!

Chirimías. [92]

Domingo.

¡Qué regocijo

habéis de decir! Ya se abren

los alcázares divinos

2860

para recibir su alma.

Ruega al Señor infinito

De rodillas. [93]

por nosotros. Catalina.

Catalina.

Virgen pura ...

Niña.

Ya te asisto,

para que sin riesgo llegues

2865

adonde te espera mi Hijo.

En la apariencia más vistosa que pudiere ser para el tránsito bajará la Niña, y a su tiempo subirá el alma.

Música.

Te Deum laudamus.

Domingo.

¡Qué gloria!

Filipo.

¡Qué soberano prodigio!

Música.

Te Dóminum confitémur.

Rosaura.

¡Qué resplandor tan divino!

2870

Música.

Te Deum laudamus.

Leonardo.

¡Qué dicha!

Música.

Te Deum laudamus,

Te Dóminum confitémur,

Todos.

Pide, alma pura, por cuantos

quedan en este afligido

2875

valle. Y nosotros roguemos

que tenga, si ha merecido

agradar, dichoso fin,

con el logro de serviros,

La Magdalena de Roma,

2880

por premio de quien la ha escrito.

FIN            

 

Go to:     Cast List     Act 1     Act 2     Act 3 (top)            

 

(1) For a discussion of the play's authorship, including a possible attribution to Pedro Francisco Lanini y Sagredo, click here.  For a checklist of plays by or atttributed to Juan Bautista Diamante, click here.  For more information on Juan Bautista Diamante go to the Wikipedia article.   <back>