La gran comedia de

La Magdalena de Roma

de don Juan Bautista Diamante 1

 

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JORNADA SEGUNDA

    NB : Explanatory notes on the text are marked thus
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Salen por diferentes puertas Fenisa y Golondrino con sus papeles de estudio, como repásandolos. [40]

Golondrino.

'Con sus cabellos María

los pies a Cristo enjugó.'

Pie, Boticario: 'Y gastó

860

todo un bote de ambrosía

en ungírselos.'

Fenisa.

Pie, Polla:

'Llorando así su pecado,

como si se hubiera dado

en los ojos con cebolla.'

865

Golondrino.

'Con sus cabellos María ...'

'Con sus cabellos María ...'

'Con sus cabellos María ...'

Fenisa.

'Llorando así su pecado ...'

'Llorando así su pecado ...'

870

'Llorando así su pecado ...'

Golondrino.

Estudia un poco más quedo.

Fenisa.

Eso iba a decirte yo.

Golondrino.

Así estudio siempre, o no

estudio.

Fenisa.

Solo así puedo

875

estudiar. Pie, Magdalena:

'Y hallóse tan reducida

que trocó su mala vida.'

Pie, Marta: 'Por otra y buena,

siguiendo a Dios.'

Golondrino.

Pie, Faroles:

880

'Por el tiempo mal gastado

mandó tocar a nublado

a las niñas de sus soles.'

¡Por cierto, que han elegido

harto festiva comedia

885

para celebrar los anos

de Catalina!

Fenisa.

Si vieras

un paso cantado que hay

entre Cristo y Magdalena,

y cómo le hacen mi ama

890

y Porcia, te enternecieras.

Golondrino.

¿Sabenle ya?

Fenisa.

Ya le cantan.

Golondrino.

¡A fe, que han dado priesa

en estudiar! Si yo así,

Fenisa, estudiar pudiera,

895

bien sé que no me trocara

por Escamilla la bella.

Catalina hará la dama,

y Porcia por la cuenta

al Nazareno. ¿Quién hace

900

a Marta?

Fenisa.

Rosaura.

Golondrino.

A ésa

le encajará el papel desde

que ha dado en camandulera.

¿Qué hace mi amo?

Fenisa.

Un galán

a quien mi ama desdeña.

905

Golondrino.

Y ¿pasa por eso él?

Fenisa.

Para que no hubiese queja

en ninguno y la elección

Música dentro. [41]

de todos en común fuera,

papeles se sortearon

910

despues de sortear comedias..

Golondrino.

¿Cuando es el primer ensayo?

Fenisa.

Ahora.

Golondrino.

Pues yo no sé letra.

Fenisa.

¡Mal hicieras de trocarte

por Escamilla con esa

915

memoria!

Golondrino.

Pues te aseguro

que ventaja no me lleva

nadie en el trabajo. Pero (Guitarras dentro.) [42]

ya los instrumentos suenan,

y deben de comenzar.

920

Fenisa.

Si ha de ser en esta pieza

el ensayo de esta tarde,

y entro yo en el tono, bestia,

¿cómo han de empezar?

Golondrino.

Así,

pues quiero darle una vuelta

925

al papel: allí te aparta.

Fenisa.

Si de la propia manera

la has de saber de aquí a un año,

mejor es que no te muelas,

y que en nuestro amor hablemos

930

este rato que nos dejan.

Golondrino.

Con la memoria ocupada,

¿quién diablos quieres que tenga

voluntad? Deja que pase

el apretón de esta fiesta,

935

y luego te querré mucho.

Pie, Menguado: 'No me quieras

y quizá te querré yo.'

Fenisa.

Harélo de esa manera.'

Golondrino.

¡Esto es del papel!

Fenisa.

¡Y esto!

940

Salen Catalina y Lupercio.

Catalina.

Si todo, Lupercio, fuera

tratar de las bizarrías,

los festines, las grandezas

con que fue en Jerusalén

celebrada Magdalena

945

- no sé si más que yo en Roma -

te prometo que me diera

gusto el papel; porque como

mis presunciones me acuerda

el séquito de las suyas,

950

estoy gustosa con ellas.

Mas como su conversión

trata también la comedia,

y como poco inclinada

soy al llanto y penitencia,

955

aquel paso me disgusta.

Lupercio.

Pues hácesle de manera

que cuando le repasais

Porcia y tu, aunque lisonjean

vuestras voces mis oídos,

960

el corazón me penetra

un tan vehemente dolor ...

Catalina.

¿De qué?

Lupercio.

De pensar que puedas

sentir, Catalina hermosa,

aquello que representas.

965

Catalina.

¿Quién, yo? Bien,¡por vida mía! ...

Lupercio.

Quiérote mucho, y sintiera

perderte.

Catalina.

Por ese lado

no hayas miedo que me pierdas.

Lupercio.

Con todo eso, ¿rezas mucho

970

el rosario?

Catalina.

No me deja

Rosaura si no le rezo.

Demás, que sola esa seña

tengo de cristiana, y yo

soy cristiana, aunque no buena.

975

Golondrino.

(Ap. a Fenisa.) ¡Cuánto basta para que

no la quemen!

Fenisa.

(Ap. a Golondrino.) Y eso, ¡apenas!

Catalina.

¿Cómo te va, Golondrino,

de estudio?

Golondrino.

La primera letra

no sé del papel.

Catalina.

¿Por qué?

980

Golondrino.

Porque andamos en pendencias

tan ocupados mi amo

y yo, que lugar no queda

en todo el año, señora,

para hacer otras haciendas.

985

Catalina.

¿Tu también riñes?

Golondrino.

A veces,

que no hay cosa que no tenga

su día, y cierto, que algunos

estoy yo que si me vieras,

te enamoraras de mí,

990

según amiga te muestras

de hombres de valor.

Catalina.

Confieso

que es para mí linda prenda

el brío; pues me parece

la presunción más discreta

995

de una dama, cuando sale

de casa o al balcón llega,

ver lleno el barrio de cruces

de hombres que han muerto por ella.

Golondrino.

¡Ira de Dios! Dime, ¿viene

1000

de Nerón tu descendencia?

Lupercio.

No seas bachiller, y sabe

que a singulares bellezas

cultos comunes no deben

ser admitidas ofrendas:

1005

grande ídolo quiere mucho

obsequio. Lisonjas sean

de Catalina las vidas

- ya que las almas no puedan - ,

que yo, si ella me lo manda,

1010

dejaré a Roma desierta

por sacrificarle a cuantos

no se murieren de verla.

Catalina.

Nada dices y nada haces

que de mi gusto no sea.

1015

Fenisa.

(Ap. a Golondrino.) ¡Cuáles son los dos!

Golondrino.

(Ap. a Fenisa.) ¡No hay

en Roma tan malas bestias!

Sale Porcia.

Porcia.

¿He tardado mucho?

Catalina.

Siempre

tarda lo que se desea.

Lupercio.

¿Y Filipo?

Porcia.

Con Leonardo

1020

viene ya.

Catalina.

Gracioso tema

es en el que da Rosaura.

Porcia.

No era su amor muy de ver as,

pues fue olvido tan aprisa.

Lupercio.

Pues si yo Leonardo fuera,

1025

ya que otra satisfacción

tomar no pudiese de ella

- pues del enojo ninguna

hay que ser decente pueda

con una dama - tomara

1030

la de amar otra belleza;

y cuanto ella a mí en desdenes,

yo en desengaños le diera.

Catalina.

Ya yo ha sabido, Lupercio,

que él hace esa diligencia.

1035

Lupercio.

Tan sin razón olvidado,

hiciera mal de no hacerla.

Catalina.

(Ap.) (¡Qué poco le disculparas

si que me ama a mí supieras!)

Luego tu, si a mi desdén

1040

vieses vibrada la flecha,

¿otra hermosura buscaras?

Lupercio.

No, que hallarla no pudiera;

pues como tú no hay ninguna,

habiendo muchas como ella.

1045

Catalina.

Dices bien.

Porcia.

¡Qué grosería,

y qué vanidad!

Lupercio.

Supuesta

la imposibilidad que hay

en que yo amaros pudiera,

Porcia divina, por dama

1050

de Filipo, no os parezca

grosería en mí el olvido

de vuestra hermosura. Fuera

de que, si lo fue, disculpa

hallaréis en mi fineza.

1055

Porcia.

Sois muy atento.

Catalina.

Ni en mí

convenirme en que no hubiera

otra como yo, delito

hallarías, Porcia bella,

pues darme a mí celos,

1060

eras como si no fueras.

Porcia.

Soy tu amiga; muy bien dices.

Sale el hermano Soleta con un costal al hombro, vacío.

Soleta.

Sea el hermano Soleta

con los siervos del Señor.

Catalina.

¿Qué quiere, hermano?

Soleta.

Quisiera

1065

que de cuanto desperdicia,

algo, hermanita, les diera

a los hijos de Domingo;

que van a poner las mesas

para comer, y no hay pan

1070

ni cosa que lo parezca:

por lo cual los religiosos

tienen caponas las muelas.

Golondrino.

¿Caponas?

Soleta.

Sin ejercicio,

que es lo propio.

Catalina.

A tiempo llega,

1075

que nos halla embarazados

a todos. (Ap.) (¡Con qué pereza

me muevo a las buenas obras,

y a las malas, con qué priesa!)

Soleta.

Yo esperaré.

Catalina.

Mejor es

1080

que se dé después la vuelta.

Salen Rosaura, Filipo y Leonardo.

Soleta.

Ya aguardo, ángel.

Golondrino.

(A Soleta.) Hermanito ...

Leonardo.

Desengañarte pudieras

de que yo le estoy, Rosaura.

Rosaura.

¿Cómo, si siempre te encuentra

1085

mi susto?

Leonardo.

Como aquí vengo

al ensayo de esta fiesta,

y no a buscarte.

Rosaura.

Pues yo,

si ha de ser verte aquí fuerza,

dejaré el papel, Leonardo,

1090

que me han repartido en ella.

Leonardo.

Déjale o no. (Ap.) (¡Ay, Catalina!)

Catalina.

Bueno está, Rosaura bella,

que no han de pagar mis años

de tus desdenes la deuda.

1095

Rosaura.

Este no es desdén, pues nunca

quise con tanta fineza

a Leonardo como cuando

le pido qua no me quiera.

Todos.

¿Fineza es ésa?

Rosaura.

Sí, pues

1100

solicito que me pierda

porque a Dios halle Mirad

cuán grande es la diferencia

que hay entre haberle querido

yo para mí, y que le quiera

1105

para Dios: yo, mortal polvo,

y Dios, perfección eterna.

Catalina.

¿Dónde acabas el sermón

de hoy? Ten, mujer, la lengua;

goza de tu lozanía,

1110

que harto tiempo después queda.

Rosaura.

¡Ay, Catalina, que nadie

sabe el que hay, y que es astrecha,

si la toma la Justicia

de los mortales, la cuenta!

1115

Porcia.

¡Que graciosa estás, Rosaura!

Catalina.

¿Esta es gracia? ¡Impertinencia

me parece a mí!

Rosaura.

Pues yo

no disgustarte quisiera,

sino servirte.

Porcia.

(Ap.) (Esta oye

1120

a Fray Domingo de veras,

y Catalina, de burlas,

pues tan poco se aprovecha.)

Filipo.

Ved que es hora de empezar.

Soleta.

Y que el hermanito espera.

1125

Catalina.

Espere o váyase.

Soleta.

Ya

aguardo, ángel.

Porcia..

Sin Eugenia,

¿quién ha de tocar el paso

en el arpa?

Catalina.

¿Y sin que venga

el apuntador?

Sale el Apuntador con un cuaderno, que es el que se ha de romper a su tiempo.

Apuntador.

Por mí,

1130

señores, no se detenga

el ensayo.

Soleta.

Ni por quien

toque el arpa - como cuenta

no se le dé a Fray Domingo

de que yo hice esta flaqueza.

1135

Pues por mí no se dejó

jamás ninguna obra buena.

Catalina.

¿Sabe tocar?

Pues Orfeo

no ha herido mejor las cuerdas.

Golondrino.

¿Y los hermanos?

Soleta.

Que aguarden,

1140

que en hablando de comedias

me derrito.

Catalina.

Sólo así

llevar limosna pudiera.

Soleta.

Llene yo el costal, hermana,

y por lo que fuere sea.

1145

Toma Soleta el arpa. [43]

Apuntador.

¿Qué paso va?

Rosaura.

En el que Marta

persuade a Magdalena

que oiga al profeta Jesús.

Filipo.

Vaya en el que representan

cantando las dos.

Todos.

Va ése.

1150

Lee el apuntador.

Apuntador.

'Descubriráse el profeta

Cristo a la mesa sentado

de Simón; y Magdalena,

sin hablar, le besará

los pies.'

Catalina.

Como ahora está, lea,

1155

porque se entienda lo que

los dos silencios dijeran

de Magdalena y de Cristo,

según lo que se interpreta.

Todos.

¿Quién habla en él?

Apuntador.

Las dos solas.

1160

Músico.

(A Soleta.) Si sabe este papel, vea

que es el acompañamiento.

Dale un papel de solfa.

Soleta.

¿Si sé? Démele y atienda.

Comienza a tocar. [44]

Catalina.

¡Con qué repugnancia lo hago!

Porcia.

Si Catalina te quedas

1165

después, ¿qué importará ahora

que Magdalena parezcas?

Catalina.

Vaya si ha de ser.

Todos

¡Silencio!

Lupercio.

(Ap.) (¡Toda el alma tengo inquieta!)

Mientras cantan el paso, llora Rosaura.

Catalina. (Canta.)

Aunque de mis delitos

1170

tan manchada me vea,

tan horrorosa llegue,

Señor, a tu presencia,

que al mirarme y al verte

me impida la vergüenza,

1175

el temor me embarace,

y el susto me suspenda;

saber me anima, conocer me alienta,

que a perdonarme vienes a la tierra.

Porcia. (Canta.)

Perdida oveja mía,

1180

llégate a mí; no temas.

Tu Pastor soy, y vengo

a que al rebaño vuelvas,

de tí tan cuidadoso,

como si no tuviera

1185

mas caudal que tú sola,

entre tantas ovejas.

Porque entre la que huye y las que quedan,

éstas no pagan lo que cuesta aquella.

Catalina.

¡Mi bien!

Porcia.

¡Mi amada!

Catalina.

¡Mi Señor!

Porcia.

¡Mi prenda!

1190

Llora.

Catalina.

Lloro.

Porcia.

Gime.

Catalina.

Gimo, peno.

Porcia.

Pena.

Las dos.

Que las lágrimas tiernas

la ofensa apartan y el perdón acercan.

Representa Catalina como enajenada.

Catalina.

¡Hijas de Jerusalén,

penitencia, penitencia!

1195

Lupercio.

¡Ay de mí! ¡Qué es lo que dices?

Catalina.

¡Penitencia!

Lupercio.

¡Aguarda, espera!

Catalina,

¡Penitencia!

Lupercio.

¡Catalina!

Cóbrase Catalina. [45]

Catalina.

Pues ¿no está así en la comedia?

Apuntador.

Así está.

1200

Lupercio,.

Pero aunque esté

así, mi bien, considera

que me matas, porque temo,

cuando la memoria acuerda

que Ginés representante

se convirtió en la comedia

1205

del cristiano bautizado,

que hagas lo propio tu en ésta,

según lo que te transformas

en Magdalena.

Catalina.

Ni temas

que eso pueda sucederme,

1210

ni tampoco que dijera,

hablando yo como yo,

lo que dije como ella.

Pero para que otra vez

ni a tí ni a mí nos suceda,

1215

- a tí temer, ni hacer nada

a mí que sin gusto sea -

a mis años se disponga

otro género de fiesta,

porque ésta se acabó aquí,

1220

Lupercio, de esta manera.

Rompe el cuaderno.

Rosaura.

(Ap.) (¡Valgame Dios, qué intratable

este corazón se muestra!)

Porcia.

(A Filipo.) Melindre fue el de Lupercio.

Filipo.

Es en el que ama de veras,

1225

Porcia, muy sensible todo

cuanto a parecer le suena

mudanza en lo que ama; que

amor nada hay que no tema.

Porcia.

¿Temiéraslo tú de mí?

1230

Filipo.

Yo no, porque me muriera.

Fenisa.

Ha hecho muy bien mi señora.

Lupercio.

Tan bien, que si no la hubiera

dado antes de ahora el alma,

se la diera a esta fineza.

1235

Soleta.

¡Adiós, arpa!

Golondrino.

¡Adiós, papel! (Rómpele)

Catalina.

Fenisa, al hermano lleva,

y dale pan.

Soleta.

Aunque es tarde,

siempre a buena ocasión llega.

Rosaura.

(Ap.) (Esta caridad descubre

1240

que algo en el alma le queda.)

Fenisa.

Venga, hermano.

Boleta.

Golondrino,

lo dicho, dicho. (Vanse.) [46]

Rosaura.

Supuesto

que ya aquí que hacer no tenga,

dame licencia ...

Catalina.

Rosaura,

1245

vete muy en hora buena,

que sin tí celebraremos

mis años.

Lupercio.

No la detengas.

Rosaura.

Sí harás, pues que mis verdades

te suenan a impertinencias. (Vase.) [47]

1250

Catalina.

(A Leonardo.) ¿Cómo con ella no vas?

Leonardo.

Como tengo el alma presa

en tus ojos.

Catalina.

¿Aún porfías,

sabiendo con la fineza

que quiero a Lupercio?

Leonardo.

(Ap.) (Yo

1255

haré hoy que no le quieras,

matándole, pues me estorba

el logro de tu belleza;

que en mí, otro delito más

es circunstancia pequeña.)

1260

Catalina.

¿Porcia?

Porcia.

Pensando ahora estaba

que un sarao público fuera

fiesta a propósito.

Catalina.

Sí,

bien dices, y luego sea:

a disfrazarnos entremos.

1265

¡Eso sí que es bueno! Pesia

los llantos, que en fin son llantos,

por más que en música sean.

Veamos, y seamos vistas.

Filipo.

Es la elección tan discreta

1270

como de Porcia.

Lupercio.

No siento

más de que forzoso sea

no conocerte, cubierto

el rostro.

Catalina.

Pues ¿no me quedan

hartas señas, sin la cara,

1275

en que conocerme puedas?

Toma tú este lazo y ponle

adonde yo verle pueda,

Dale un lazo.

porque la vista te alcance

cuando el oído te pierda.

1280

Lupercio.

Un favor envuelto en muchos

me das.

Leonardo.

(Ap.) (Que será la seña

para su muerte.)

Filipo.

Tú, Porcia,

¿no me das favor?

Porcia.

Si llevas

mi corazón por divisa,

1285

¿cómo quieres que te pierda?

Catalina.

Vamos, y este tiempo que hay

desde aquí a la primavera

de mi nuevo año se ocupe

en alegrías y fiestas.

1290

Todos.

¡Celebre Roma el natal

de Catalina la bella!

Vanse, y el mancebo que representa a Cristo dirá desde la apariencia en que estuviere puesto, y luego saldrá: [48]

Mancebo.

Domingo ...

Sale Domingo.

Domingo.

Voz, que en el viento

me nombras, y no ilusión,

que hiriéndome el corazón,

1295

llenas mi alma de contento,

¿cúya eres?; que no distingo,

y no con faltas de enojos,

el regalo, con los ojos,

de los oídos.

1300

Mancebo.

Domingo ....

Música. [49]

Domingo.

Aquí estoy; no con rigor -

tanto me hagas desear.

Mancebo.

Prevente para mirar

un efecto de mi amor.

Domingo.

¡Qué mal hice de dudar

1305

cúya eres, voz, al oír

que empiezas a prevenir,

primero que a ejecutar!

Que aquí para entre los dos,

por la experiencia conviene

1310

creer, que voz que previene

al hombre es la voz de Dios.

Domingo.

¿Qué mandas, Señor divino?

Mancebo.

Que me veas.

Al igualarse las apariencias, irá subiendo el santo en elevación, y bajará el mancebo vestido a la romana, muy galán, sobre un trono de serafines, y a los lados, dos ángeles; y en igualando con la elevación, bajarán las apariencias iguales hasta el tablado, y luego subirá de rápido la que bajó, quedándose el niño en el tablado.

Domingo.

¿Tal favor?

Mancebo.

Nota en mí lo que mi amor

1315

y tu caridad previno. (Descúbrese.) [50]

Ángel 1°. (Canta.) [51]

Si por redimir a todos

bajó Dios desde su alcázar

una vez, amante, otra

por redimir a una, baja.

1320

Ángel 2°. (Canta.)

Disfrazado en carne aquella,

ésta disfrazado en galas,

para que la medicina

se proporcione a la llaga.

Los dos. (Cantan.)

¡Dichosa el alma (Suben.)

1325

que le debe fineza tan extraña!

Domingo.

Amantísimo Jesús, (De rodillas.)

¿qué es esto? Pues ¿no bastaba

vuestra voluntad divina

para la empresa más ardua?

1330

¿Todo Vos volvéis al mundo,

hombre otra vez? Si faltarais

del Cielo, aunque estáis aquí,

¿el Cielo cómo quedara?

¿Plumas, Señor, por espinas?

1335

¿Por túnica y dogal, galas?

No os conociera, si dentro

de mí, Vos no me informarais.

¿A qué venís? (si merece

saberlo la confianza

1340

que tengo en Vos, tantas veces

de honores asegurada.)

Mancebo.

Pues ¿de tu ruego, Domingo,

te olvidas, y mi palabra?

Domingo.

¿Cómo, Señor?

Mancebo.

¿No me ruegas

1345

que tenga piedad de un alma

que juzgas perdida? Y yo,

¿no te previne que estaba

a cargo mío el remedio

que tú imposible juzgabas?

1350

Domingo.

Pues ¿cómo en vuestra presencia

queréis. Señor, que de nada

me acuerde que no seáis Vos,

si la admiración me pasma,

si no hay sentido que tenga

1355

libertad, y si embargadas

las potencias, al miraros,

en el sumo bien descansan?

¿Quién os debe esta fineza?

Mancebo.

Vuelve, Domingo, la cara,

1360

y verás en sombra hoy,

lo que en realidad mañana.

Descúbrese en el foro una gruta con altar, en que esté colocado un crucifijo; y a Catalina arrodillada ante él con una calavera en la mano, vestida de una túnica blanca, y suelto el pelo, en contemplación. [52]

Domingo.

¿Qué ven mis ojos?

Mancebo.

¿Conoces

a esta mujer?

Domingo.

La profana

Catalina que es, dijera,

1365

si esta acción se conformara

con las de su mala vida.

Mancebo.

Prevente para alentarla, [53]

porque no vuelva a la culpa

de que yo vengo a sacarla.

1370

Vase, y cúbrese el foro

Domingo.

Señor, ¿Catalina? ... pero

nada de lo que miraba

veo: yo soñé sin duda.

¿Cristo vestido de gala

en la tierra? ¿La lascivia

1375

en penitencia mudada?

Pero no soñé, que ¿no es

del amor con que nos ama

Cristo, la demostración

de su fineza más alta,

1380

más que explicación de aquella

caridad con que nos llama?

Así esto es, cuanto a que, siendo

fineza suya, esta humana

forma de manifestarse

1385

se tenga por necesaria.

Mas cuanto a que esta mujer

siga a Dios, tan engolfada

en las delicias del mundo,

más dificultad me causa

1390

para creer que no dormía

cuando la vi; pues llamarla

Cristo, cuando no hay ningún

pecador a quien no llama,

y seguirle ella, teniendo

1395

la libertad tan usada

a no oírle ... Pero a Dios

no le es imposible nada;

ciegue el discurso, diciendo

providencia soberana

1400

de Dios' - ¡oh, cuánto te debe

el hombre, y cuán mal te paga!

Sale el hermano Soleta con el costal lleno al hombro.

Soleta.

Deo gracias, padre.

Domingo.

¿Qué quiere?

Soleta.

Que me alivie de esta carga,

mandando que a refectorio

1405

se vuelva a tocar.

Domingo.

Las gracias

se den a Dios por el bien

que nos ha hecho.

Soleta.

Y al arpa,

que si no, vacío, padre,

volviera el costal a casa.

1410

Domingo.

¿Qué dice?

Soleta.

Que yo me entiendo.

Domingo.

Hable, hable.

Soleta.

Que no es nada.

Domingo.

¿Cómo tan tarde ha venido?

Soleta.

Dígole que más tardara

si por el arpa no fuera.

1415

Domingo.

¿Qué tiene que ver el arpa

con la limosna?

Soleta.

Que si

no tocara, no tocara.

Pero mire que reviento

con el peso.

Domingo.

A llamar vaya,

1420

mientras por quien nos socorre

voy a dar a Dios las gracias

yo a la iglesia.

Soleta.

Voy. Pero oye. (Va, y vuelve.) [54]

lo mejor se me olvidaba.

Domingo.

¿Qué dice?

Soleta.

Que en un altar

1425

donde hubiere David, haga

la oración.

Domingo.

Por qué, me diga.

Soleta.

Porque algo le toque al arpa.

Domingo,

Vaya, que es muy tarde.

Soleta,

Voy. (Va, y vuelve.) [55]

Pero ¡ah, sí!

Domingo.

¿A qué vuelve?

Soleta.

A nada.

1430

Golondrino, aquel criado

de Lupercio, se le encarga

por mí, padre.

Domingo.

Pues ¿qué quiere?

Soleta.

De hacerse donado trata

en casa.

Domingo.

Nunca Dios niega

1435

a quien le busca su casa.

Soleta.

El hombre ha sido tunante,

y tiene famosa labia.

Domingo.

Vaya, hermano.

Soleta.

De ésta voy,

¡Qué poco me embarazara

1440

yo en nada si no trujera

las tripas acomodadas! (Vase.)

Leonardo. (Dentro.)

¡Muere a mis manos!

Lupercio. (Dentro.)

Traidor

Leonardo, ¿por qué me matas?

Leonardo. (Dentro.)

Porque eres en Catalina

1445

estorbo de mi esperanza.

¡Muere!

Lupercio. (Dentro.)

Ya muero ... ¡Domingo,

ruégale a Dios por mi alma!

Domingo.

Si haré, Lupercio. Señor,

esta obligación me llama

1450

a vuestro altar, añadida

a la que a él me llevaba. (Vase.)

Sale Leonardo.

Leonardo.

En esa sima le echad,

y quede disimulada

nuestra culpa así: vengado

1455

yo de la cruel Rosaura,

y amante de Catalina,

sin estorbo para amarla.

Vase, y entre dos enmascarados, sacarán a Lupercio muerto, y a su tiempo le meterán por un escotillón que ha de haber en el tablado, por donde, en previniéndolo los versos, volverá a subir, transformado, a representar el demonio. [56]

Enmascarado 1°.

Ya llegó al centro.

Los dos.

Sigamos

las músicas y las danzas. (Vanse.) [57]

1460

Sube Lupercio.

Lupercio.

Y yo siga el nuevo susto,

de prevención tan extraña,

como ver en esta forma

de Lupercio, avergonzada

mi soberbia, de que cuanto

1465

en su vida cultivaba,

en su muerte haya perdido

- ¡oh, pese a las no explicadas

piedades de Dios, y pese

a las piadosas instancias

1470

de Domingo, contra quien

ya flaquea mi constancia! -

como ver - ¡vuelva a decirlo

más que mi acento, mi rabia! -

que de su trono descienda

1475

otra vez en forma humana

Aquél (para no nombrarle,

mi odio inmortal se valga

de sus senas), que juntando

sólo en El eslabonadas

1480

(aunque yo el modo no entiendo)

las dos porciones contrarias,

humana y divina, al mundo

vino para mi desgracia,

y para ventura de la encadenada,

1485

vil naturaleza que se hizo mi esclava.

Pues pensar que acaso sea

su venida, y que no traiga

su artillería amorosa

contra mi envidia asestada,

1490

no puede ser; porque cuando

la experiencia lo callara

de la vez primera, verle

con Domingo en recatada

forma de revelación

1495

hablar en su celda, basta.

(Aunque lo que le decía

no oí, porque las palabras

distintas entre ellos fueron

para mí no pronunciadas.)

1500

Basta - el dolor lo repita -

para que mi ciencia haga

conjetura de que viene

a empresa que no ordinaria

debe de ser; pues dispuso

1505

tan no común circunstancia,

que aplicar previno, queriendo curarla,

a extraña dolencia, medicina extraña.

Quién sea el doliente tanto,

discurrir ahora me falta,

1510

entre los mortales, que

le obligue a prevención tanta ...

Pero son muchos, y no es

posible en que cuál es caiga,

teniendo por los delitos

1515

una misma semejanza.

¡Que la vanidad no sepa

alentarme, de que di a

tantos que a mi imperio humillen

las cervices desdichadas!

1520

Pero ¿a cuál tengo seguro?

¿Cuál, cuando quiere, no arranca

de mí? Y ¿cuándo de mi mano

no quiere que todos salgan?

Nunca, porque el necio que en mi poder para,

1525

no es que Dios le deja, sino que él se aparta.

Ahora, dudas, la primera

seña nos diga la causa

de esta venida; y en esta

apariencia, mi empeño haga

1530

que no le falte materia

a Catalina, en la falta

de Lupercio, para todas

sus vanidades profanas;

que Leonardo nuevas culpas

1535

- no creyendo ejecutada

la que ejecutó (¡ea, rencores!) -

a sus delitos añada;

que Porcia en su mala vida

Música dentro. [58]

persevere; que Rosaura,

1540

celosa, pierda a Domingo;

que Filipo no se valga

del discurso para más

que para emplearle en nada;

y en fin, para que el humano

1545

género, cuando la instancia

de Quien le redimió vuelva

a ver, vea en mi amenaza

Música dentro. [59]

la de quien astuto le hizo

perder la primera gracia.

1550

Pues no es mucho, si El al mundo

viene, que yo al mundo salga,

para que a sus diligencias

se opongan mis asechanzas.

¡Toca al arma, infierno, démosle batalla,

1555

ya que no a El, al hombre, que es su semejanza!

Música. (Dentro.)

A los años floridos de aquella

que reina en las almas.

Lupercio.

Esta es Catalina, y éste

el festín que la ignorancia

1560

previno a su aplauso. Quiero,

con la máscara en la cara,

que por Lupercio me tenga,

ya que el lazo me señala

que ella para conocerle

1565

le dió. Novedad no haga

que con máscara el demonio

entre los mortales anda.

Música. (Dentro.)

A los años floridos de aquella

que reina en las almas.

1570

Salen Catalina, Porcia, Fenisa y otra dama con mascarillas, y plumas Filipo, Leonardo y Golondrino; y a su tiempo se introducirá Lupercio con silos, danzando.

Catalina.

¡Que bien hice de que el lazo,

Subir.

Lupercio, te señalara,

para conocerte!

Lupercio.

Yo

Por afuera.

no necesito de nada

para conocerte a tí.

1575

Cruzado de a cuatro. [60]

Aunque te tengo en al alma,

recelé perderte.

Leonardo.

(Ap.) (¡O ciegos

a un mismo tiempo se engañan

mis ojos y mis oídos,

o era Lupercio el que hablaba

1580

Vueltas en cruz. [61]

con Catalina! Mas ¿cómo

Hechas y deshechas.

puede ser, si ahora le acaban

Atravesados.

de matar mis celos?)

Filipo.

Poco

conocerla me costara,

viendo, Porcia, en tí el donaire

1585

con que a todas aventajas.

Eses encontradas.

Música.

La juventud alegre se explica

en juegos y danzas.

Porcia.

Yo sólo en que me conozcas

pongo el cuidado.

Fenisa.

(A Golondrino.) ¿No danzas?

1590

Golondrino.

Estoy pensando en ser fraile.

Catalina.

(A Lupercio.) Bien mío, pues ¿no me hablas?

Vueltas.

Música.

A los años hermosos, que alumbran

con rayos de nácar.

Sale el mancebo con mascarilla blanca, y quita la mano de Catalina a Lupercio, y se aparta Lupercio del sarao. [62]

Lupercio.

Sí .... (Ap.) (pero ¡ay de mí! ¿Qué miro?)

1595

Catalina.

(Ap.) (¡Ay, Dios, qué mano tan blanda!)

Lupercio.

(Ap.) (¿Qué es esto? Pero iré huyendo,

pues considerar me pasma,

que de la mano me quita

la que ya en mi mano estaba.)

1600

{Seguidme todos! (Vase.)

Leonardo.

(Ap.) (Veré

lo que confusión me causa.) (Vase.)

Filipo.

Ven, Porcia. (Vase.)

Porcia.

Tus pasos sigo. (Vase.)

Fenisa.

Sigamos el festín.

Golondrino.

Vaya. (Vanse.) [63]

Música.

Haga fiestas alegres la ociosa

1605

juventud romana.

Suéltase de la mano Catalina.

Mancebo.

No te vayas, Catalina.

Catalina.

¿Qué quieres tú, que me llamas

con mi nombre, cuando pienso

que voy muy bien disfrazada,

1610

y cuando me esperan?

Mancebo.

Yo

te espero más.

Catalina.

Tus palabras

tienen en mí tal dominio

que me obligan a escucharlas,

aunque a mis aplausos falten.

1615

Mancebo.

A tí nada te hará falta

estando conmigo.

Catalina.

¿Quién

eres, que al modo no hablas

de los otros hombres?

Quítase (Catalina) la mascarilla.

Mancebo.

Yo

soy el que soy.

Catalina.

(Ap.) (¡Todo pasma

1620

a sus acentos!) Descubre,

pues ya yo lo hice, la cara,

que quiero ver si conviene

tu belleza con la blanda

conversación, que enamora,

1625

por los oídos, el alma.

Mancebo.

Quien en el blanco rebozo

no me conoce, cercana

tiene la incrédula culpa

de no conocerme en nada.

1630

Catalina.

No te entiendo.

Mancebo.

Entenderásrme,

Catalina, si en tu casa

me oyes esta noche.

Catalina.

A nadie

está mi puerta cerrada.

Mancebo.

¿Darásme de cenar?

Catalina.

Tanto

1635

mis sentidos avasallas,

que de todas mis pasiones

amantes quedo olvidada,

con la esperanza de verte.

Mesa te tendré, y vianda

1640

que en limpieza, y en sazón,

ninguna le hará ventaja.

Mancebo.

Pues ya la noche desciende:

vete en paz.

Catalina.

Saber me falta

si mi casa sabes.

Mancebo.

Sí,

1645

que en mí no cabe ignorancia.

Catalina.

Voy a esperarte, y de tí

me aparto con poca gana.

Mancebo.

Deséame.

Catalina.

Ya lo hago,

con parecerme que tardas. (Vase.)

1650

Mancebo.

Reparad, humanos, cómo

vuestro amante Dios os llama,

aunque no le oís, sabiendo

que esto con todos le pasa.

Vase, y sale Fenisa con luces, que pondrá en un bufete.

Fenisa.

Ya es de noche, y no ha venido

1655

mi ama. Mas ¿qué me altera?,

no siendo ésta la primera

vez que ella se haya perdido

más que tarde hasta mañana;

que ella bien sabe entenderse,

1660

pues cuando finge perderse,

entonces es cuando gana.

Gracias a Dios que no hay

por esta noche importuno

huésped que servir: si alguno

1665

ella consigo no trae,

supuesto que no ha avisado

Lupercio que ha de venir

(que lo suele prevenir

para no hallarse burlado).

1670

Catalina. (Dentro.)

¡Fenisa!

Fenisa.

Mas ya llegó.

Llégase (Fenisa) con luz a la puerta, y sale Catalina.

Catalina. (Dentro.)

¿No hay quien alumbre?

Fenisa.

Señora,

ya alumbro.

Catalina. (Saliendo.)

¡Saca volando

de la reservada ropa

la más blanca y más delgada,

1675

que no haya servido en otra,

para que ponga esta mesa!

Fenisa.

¿Quién la ha de poner?

Catalina.

Yo propia.

Fenisa.

Voy.

Catalina.

Y avisa en la cocina

que la cena se disponga

1680

más regalada que nunca.

Fenisa.

(Ap.) (Huésped hay de ceremonia;

ya yo me espantaba.)

Catalina.

¡Aprisa!

Fenisa.

¿No me dirás? ...

Catalina.

¡Vengo loca,

Fenisa, de enamorada!

1685

Fenisa.

¿De quién?

Catalina.

Abreviar importa.

Fenisa.

(Ap.) (¿Quién será este convidado?)

Catalina.

¡Ay, hermosísima boca!

¡Ay dulcísimas palabras!

¡Fenisa!

Sale (Fenisa) con ropa de mesa.

Fenisa.

Aquí estoy, señora.

1690

Catalina.

¡Lo que tardas!

Quita Fenisa las luces, y echa Catalina los manteles, haciendo dos cubiertos. [64]

Fenisa.

¿Hay tal prisa?

Catalina.

A mi me parece poca.

¿Está todo prevenido?

Fenisa.

Pues ¿en casa llena ignoras

que se hace presto la cena?

1695

Catalina.

¡Qué largas, y qué penosas

a quien con amor aguarda

se deben de hacer las horas!,

Pues a mí, siglo se me hacen

los instantes.

Fenisa.

Son tan otras

1700

en tí las demostraciones,

de las que han sido hasta ahora,

que me tienes admirada.

Catalina.

No sé lo que te responda,

pues sólo sé que aguardando

1705

estoy un bien, que le ignora

el alma y le siente a un tiempo,

pues sin gozarle le goza.

Mas ¡ay, que tarda! Galán

mancebo, ¿qué más ansiosa

1710

que te desee procuras,

si hecha deseo estoy toda?

Sale el mancebo sin máscara.

Mancebo.

Ya estoy aquí. Catalina,

que mi piedad no malogra

el deseo a quien me llama.

1715

Catalina.

¡Que perfección tan hermosa!

Haz que a tus dudas, Fenisa,

tus propios ojos respondan.

Fenisa.

Voló Lupercio.

Catalina.

Este amor

no es como aquél, que aquí es toda

templanza la que allí fue

1720

torpeza; aquí atención sola,

la que allí desenvoltura,

luz aquí, lo que allí sombra.

Y finalmente, ésta es,

1725

según las señas me informan,

una pasión que no tiene

semejanza con las otras.

Mancebo.

Sentémonos a la mesa.

Catalina.

Para serviros la copa

1730

estaré en pie yo, señor,

porque no es merecedora

Catalina de sentarse

con vos.

Mancebo.

Si quién soy ignoras,

¿Cómo eso dices?

Catalina.

No sé.

1735

Mancebo.

Dame la mano.

Dale (Catalina) la mano y siéntase a la mesa, y el mancebo en una silla que esta fija a una devanadera, para que de vueltas, y en la parte contraria venga un niño de nazareno, con cruz, corona y dogal. [65]

Catalina.

¡Qué gloria!

Mancebo.

Y aquí junto a mí te sienta,

que mi amor te suple toda

la calidad que te falta

porque a mi lado te pongas.

1740

Catalina.

(Ap.) Trae platos. (¡En mi no estoy

de enamorada y absorta!)

Mancebo.

Mucho te quiero.

Catalina.

Yo os pago.

Mancebo.

No me pagas tal.

Catalina.

Si toda

el alma me vierais, vierais

1745

en toda ella vuestra copia.

Mancebo.

Ya la veo.

Va trayendo platos Fenisa, y en todo lo que el mancebo pusiere los dedos, se procurara quede teñido con sangre. [66]

Catalina.

¿Qué sangre es

la que deja en lo que tocan

vuestras manos? ¡Ay, bien mío!,

¿os habéis herido?

Mancebo.

Nota

1750

que al cristiano doy mi sangre,

porque con mi sangre coma.

Catalina.

Pues ¿quién sois?, que ya turbada,

señor, os oigo, y medrosa.

Mancebo.

Quedando sola conmigo

1755

lo sabrás.

Catalina.

¡Aprisa, toma

de ahí esa mesa, Fenisa,

conmigo!

Entran la mesa ella y Fenisa y se levantan, no perdiendo Catalina el tablado, y se queda Fenisa dentro; y se oirá un toque de chirimías y da vuelta la devanadera, ocultándose el mancebo con la silla, y aparece el niño como va referido. [67]

Fenisa.

¡Vamos, señora,

que este convidado no es

de los que hacen mucha costa!

1760

Sale Catalina.

Catalina.

Ya estamos solos: decidme

quién sois, señor.

Mancebo.

En la forma

que otra vez mi amor me puso

podrás conocerme ahora.

Catalina.

¿Qué es lo que veo?

Niño.

Mujer,

1765

mira estas espinas, rojas

por tí de mi sangre: mira

este dogal que me ahoga;

agobiados a esta cruz

mis hombros. En afrentosa

1770

imagen a tu Dios mira,

lleno de humanas congojas

por tí. Basten los delitos

de tu vida escandalosa.

mira que te busqué, fino,

1775

con amantes ceremonias,

y esta fineza no olvides.

Catalina.

¡Ahora, dolor, ahora,

ahora, llanto, es ocasión

de imitar a la amorosa

1780

Magdalena! Mis cabellos

os sirvan, mi Dios, de alfombra:

pisad sus rizos profanos,

sellen vuestros pies mi boca;

que me abraso, que me anego

1785

en las abundantes copias

de vuestro amor y mi llanto.

¡Dios mío, misericordia!

¡Pequé contra Vos, Señor!

¡Fui desvanecida, loca,

1790

profana, bárbara, ciega

y olvidada de Vos toda!

Niño.

Cóbrate, y busca a Domingo.

Catalina.

Pues, Señor, ¿me dejáis sola?

Niño.

Si penitente me sigues,

1795

me verás en otra forma. (Ocúltase.) [68]

Catalina.

¿Quién de Vos tan asistida

será risco, será roca

tan intratable, que al golpe

de vuestra voz, hecha bocas,

1800

no os siga, no os busque? Yo,

Señor, en las tiernas ondas

de mis lágrimas, dejando

el mar de mis vanaglorias

en estos adornos viles,

1805

en estas lascivas pompas,

de estos cautelosos lazos,

Va arrojando lazos, y otras cosas de su adorno

y estas redes engañosas,

surcaré el mar, penitente,

de vuestras misericordias,

1810

haciendo que a mis delicias

equivalgan mis congojas,

mi dolor a mis delitos,

y que humilde corresponda

a mi vanidad, mi llanto;

1815

resultando en vuestra gloria

que sea en la penitencia,

por conversión milagrosa,

Catalina la profana,

la Magdalena de Roma.

1820

 

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(1) For a discussion of the play's authorship, including a possible attribution to Pedro Francisco Lanini y Sagredo, click here.  For a checklist of plays by or atttributed to Juan Bautista Diamante, click here.  For more information on Juan Bautista Diamante go to the Wikipedia article.   <back>